jueves, 25 de abril de 2013

SEMINARIO DE TEMAS SELECTOS DE HISTORIA DE LA PEDAGOGÍA Y LA EDUCACIÓN I



Tema II. El internamiento en instituciones: “el gran encierro”:

¿productividad?,  ¿filantropía?, ¿castigo?

 

Con la revisión de este tema se pretende que los futuros maestros de educación especial, analicen lo ocurrido durante el Renacimiento y los siglos subsecuentes, en los cuales fueron notables los avances en diversos campos del saber científico, sólo que ello no alcanzó a un sector de la sociedad, el de “los desheredados” y entre estos, los que manifestaban algún grado de “anormalidad”.
El tratamiento que en general se dio a quienes manifestaban “locura” fue, generalmente, despiadado y llevó a la creación de los llamados “hospitales”, que eran más bien lugares donde se llevó a cabo “El gran encierro”, con la finalidad inicial de apartar del mundo social a quienes llegaron a sufrir esa condición.
El modelo general que se adoptó para conservar un control, lo más estricto posible sobre los recluidos tanto en cárceles como en asilos, fue el “Panóptico”, que tenía como tendencia general que las personas detenidas en estos sitios llegaran a ser productivas, y que, tal vez pudieran reintegrarse a la sociedad si su conducta lo ameritaba.
En ese tiempo se presentaron algunos avances médicos en cuanto al tratamiento de personas llamadas “anormales”. Sin embargo esto no fue el rasgo común.

Para el siglo XIX, las condiciones económicas y políticas fueron gradualmente cambiantes y la situación de los “anormales”, también tendió a modificarse.
A finales del siglo xiv, la hegemonía del pensamiento medieval empezó a declinar dando paso a un movimiento cultural que se extendió desde el siglo XV hasta principios del XVI, abarcando todos los países europeos: el Renacimiento. Este movimiento se caracterizó por un florecimiento en todos los aspectos del conocimiento humano: el arte, la arquitectura, la literatura, la música, la filosofía y las ciencias.
En el aspecto científico se produjo un cambio fundamental: de una actitud especulativa, pasiva y contemplativa acerca del conocimiento, se transitó hacia una nueva concepción basada en la investigación de la naturaleza con el apoyo en la observación y la experimentación, esto es, en el método empírico.
Las bases de esta efervescencia intelectual se pueden ubicar en los aportes científicos de Francis Bacon
en los razonamientos filosóficos de René Descartes. Bacon destacó la importancia que trae consigo el desarrollo de la ciencia y la técnica para el binestar social. Asimismo, en la adquisición del conocimiento adjudicó un papel relevante a la experiencia y a la práctica (empirismo), en sustitución de la simple especulación; además, en los procesos de investigación de los fenómenos naturales propuso el método inductivo: partir del conocimiento de los hechos particulares para llegar al
establecimiento de las leyes o principios que los generan.
Descartes aportó las bases de la filosofía moderna y fundamentó los principios de la razón, tanto en la ciencia como en los aspectos humanos. Con ello, se propició que la filosofía renacentista alcanzara su madurez, al favorecer la creación de nuevos sistemas metafísicos derivados de la separación entre la teología y la filosofía.
El nacimiento de la ciencia moderna, a partir de la observación empírica desarrollada durante el siglo XVII, dio inicio a un movimiento cultural y científico que se desarrolló ampliamente durante la siguiente centuria.
Las preocupaciones en esa época respecto a la organización del Estado, la economía y la participación social en el quehacer público, y sobre todo, las referentes a la nueva concepción de hombre, impulsaron el desarrollo de las ciencias. Entre ellas, sobresale la medicina, de la cual se encuentran antecedentes en el Primer tratado anatómico, publicado por Andrés Andrés Vesalio (1514-1564), que permitió conocer la estructura interna del
cuerpo humano.
A partir de los avances en la anatomía, surgen planteamientos para atender el cuidado del cuerpo, a través de la higiene corporal, y para la conservación y el mejoramiento de la salud. Sin embargo, la preocupación que prevaleció hasta el siglo XVII, sólo por una apariencia externa, es desplazada por la atención más compleja, que valora los recursos físicos, la resistencia, los “vigores ocultos” y la higiene, en busca de la eficiencia total del cuerpo.
En relación con los grandes temas acerca de lo que actualmente llamamos “Educación Especial” que, durante siglos, no existió, cabe mencionar que en la Edad Media y más tarde, durante el Renacimiento, a las personas que llegaban a manifestar alguna “anormalidad”, principalmente mental, se les trataba con represión, se les excluía y castigaba; en el mejor de los casos, se les “protegía” o “confinaba” dándoles asilo, generalmente en malas condiciones, como un acto de “caridad”, bajo el signo de lo que se
llamaba “beneficencia”.
Lo más común era que a los deficientes mentales se les llamara “locos” y no era extraño que los relacionaran con algo demoníaco. Estas condiciones prevalecieron por mucho tiempo más, abarcando casi a todos los países, hasta bien entrado el siglo XIX.
Son las investigaciones referentes a los siglos XVII y XVIII, las que dan una visión un tanto más clara de lo que ocurría con las personas con requerimientos de educación especial, y es Michel Foucault, quien en sus obras, entrega un relato bastante preciso acerca de aquello que era prisión, centro de producción, “escuela”, “lugar de regeneración”, y que cumplía con una serie de funciones más en el mismo lugar.
Como afirma el maestro Antonio León Aguado: “las concepciones dominantes están presididas por el pesimismo y el negativismo. Las deficiencias siguen siendo consideradas permanentes, constantes e inmutables y producen la segregación indiscriminada y el internamiento masificado, el gran encierro.
En 1791, Jeremy Bentham publicó un libro llamado Panópticos, en el cual escribió sus experiencias y propuestas acerca de la administración de las casas de penitencia denominadas de esta forma, con la finalidad de mejorar y optimizar el funcionamiento de las mismas. Señaló las reglas que a su juicio deberían aplicarse y las diversas formas para administrar los establecimientos, sugiriendo que lo mejor sería lo que llamó “administración
por contrata”; destacó las características que debía tener el edificio llamado
“panóptico” para que la administración pudiera observar todo cuanto ocurriera en cualquier parte del mismo.
Expresa como medidas convenientes la clasificación precisa y la separación por leyes, por clases y por grupos; así como algunas sugerencias para favorecer una buena organización de la institución, entre ellas, las relativas al trabajo, a la alimentación, al vestido, al aseo, a la salud, a la instrucción y, hace particular énfasis en lo relacionado con los castigos. Explica los procedimientos que deberían aplicarse para otorgar la libertad a los
internos. Esto en lo que llamó “panóptico subsidiario”, en donde existiría más libertad para que los antiguos prisioneros mejoraran sus condiciones de vida. Consideró que deberían establecerse panópticos en fábricas, escuelas, cuarteles, etc., para promover la inspección y la economía de recursos.
En el resumen del documento, se destacan los principios característicos del panóptico,la custodia segura, la sanidad y limpieza, la economía, las precauciones para vigilar a los presos sueltos, así como las restricciones que deben llevarse a cabo contra el interés personal del director. Sugiere finalmente algunos usos del principio panóptico: “bien para facilitar la asistencia de los enfermos, bien para hacer asequible la enseñanza o para
alertar al poder de la educación a un punto inconcebible hasta ahora”.
El libro Vigilar y Castigar, de Michel Foucault, llega a profundizar el análisis del llamado “gran encierro”. En éste se señalan aspectos muy interesantes acerca de lo que se consideraba
disciplina, por ejemplo:
  • Una recta disciplina consistía en el buen encauzamiento de la conducta, ya sea en “hospitales”, “asilos” y otros centros de internamiento, incluso las escuelas. 
  • La buena vigilancia tenía el propósito de alcanzar el mayor grado posible de eficiencia para que todo funcionara de acuerdo con el orden establecido y cumpliera los propósitos de los guardianes de la institución, en especial de la dirección de la misma. 
  • El edificio ideal para ejercer un mayor control era el panóptico, con todo esto se lograba “Inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantice el funcionamiento automático del poder”, “Siempre puede ser observado”,  “En la torre se ve todo sin ser jamás visto”, “En el anillo periférico, se es totalmente visto, sin ver jamás”. El “panóptico” explicita el “poder”. El “panóptico” es un lugar privilegiado para hacer posible la experimentación sobre los hombres y analizar sus transformaciones. El “panóptico” es un aparato de controlsobre sus propios mecanismos.
    El “panóptico” es polivalente en sus aplicaciones: enmendar presos, instruir escolares, guardar locos, vigilar obreros, hacer trabajar a mendigos y viciosos. El esquema panóptico (se decía), sin anular ni perder ninguna de sus propiedades, está destinado a difundirse en el cuerpo social; su vocación es volverse en  el cuerpo social una función generalizada.

Bibliografía básica

Aguado Díaz, Antonio León (1995), “El XVII y el XVIII, el gran encierro”, en Historia de las deficiencias, Juan José Utrilla (trad.), Madrid, Escuela Libre Editorial, (Tesis y Praxis), pp. 107-116.
Foucault, Michel (1998), “El gran encierro. Compelle intrare”, en Historia de la locura en la época clásica I, México, fce (Breviarios), pp.75-125.
Bibliografía complementaria
Abbagnano, N. y A. Visalberghi (2003), “Los orígenes de la ciencia moderna”, en Historia de la pedagogía, Jorge Hernández Campos (trad.), México, fce (Obras de filosofía), pp. 280-287.
Bentham, Jeremy (1980), “Parte segunda. De la administración del Panóptico”, en Panopticon or the inspection-House, México, Archivo General de la Nación, pp. 25-56.
Bowen, James (1992), “La revolución científica del siglo XVII”, en Historia de la educación occidental, t. III. El occidente moderno, Juan Estruela (trad.), 2ª edición, Barcelona, Herder, pp. 67-76 y 94-97.
Foucalt, Michel (2003), Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, México, Siglo XXI Editores.



Tópicos de indagación, reflexión y discusión.

1. Durante los siglos XVII y XVIII hubo dos concepciones divergentes en relación con las que se consideraban “deficiencias notables en lo físico y en lo mental”. La tendencia dominante, de carácter pesimista y negativista, que proponía medidas coercitivas como la segregación y el llamado “el gran encierro”. La otra tendencia presentaba un incipiente optimismo para el tratamiento de algunas de aquellas deficiencias. Al respecto:
  • ¿Por qué se presentaban esos diferentes criterios? y 
  • ¿Cuáles eran las principales diferencias y los resultados de ambas tendencias?
2. En relación con la deficiencia mental, a finales del siglo xvi y hacia los primeros años del XVII, fueron notables las aportaciones de algunos médicos como Paracelso, Plater y Paré
  • ¿En qué aspectos impactaron sus aportaciones? y 
  • ¿Qué resultados pudieron obtenerse?
3. Durante el siglo XVIII, algunos descubrimientos y avances médicos entre ellos la circulación sanguínea, la vacuna contra la viruela y el estudio del sistema nervioso, tuvieron efectos sobre el tratamiento de las deficiencias mentales. 
  • ¿Cómo ocurrió este proceso?, 
  • ¿Qué alcances se lograron?, 
  • ¿En qué aspectos no fue posible que hubiera avances significativos para las personas con estas deficiencias?, 
  • ¿Por qué?
4. Durante la segunda mitad del siglo xvi, el médico Ambrosio Paré atendió el problema de las discapacidades físicas, 
  • ¿Cómo fue ello?, 
  • ¿Cuáles fueron sus principales condiciones en aquella época?, 
  • ¿Qué importancia tuvo su intervención para su época? y 
  • ¿Qué resultados posteriores podemos apreciar?
5. Entre los aspectos más representativos, es notable el llamado “gran encierro”,  
  • ¿Cuáles fueron las causas que se externaron para llevarlo a cabo?,  
  • ¿Qué propósitos tenía?,  
  • ¿Cómo puede definirse?,  
  • ¿Cómo era el funcionamiento de los establecimientos donde se llegó a realizar?,  
  • ¿Hubo aspectos positivos, cuáles?,  
  • ¿Qué contradicciones se pueden encontrar en el funcionamiento de los internados? y   
  • ¿Cuáles fueron los cambios que tuvieron esos establecimientos?, ¿por qué?
6. Aguado Díaz menciona la existencia de un “tratamiento moral”, 
  • ¿Quiénes y cómo lo llevaron a la práctica?, 
  • ¿Qué consecuencias hubo?, ¿trajo beneficios consigo?
7. Uno de los avances más notables fue el de la psiquiatría a finales del siglo XVIII .
  • ¿Qué puede decirse sobre esto?, 
  • ¿Qué efectos positivos y negativos pudieran considerarse?
Es importante señalar algunas conclusiones mencionadas por Aguado
Díaz: 
  • ¿Cuáles son, valorando los alcances que para aquella época tuvieron?
  • ¿Qué conclusiones es necesario considerar en la actualidad?, ¿por qué?
8. En el siglo XVII se establecieron instituciones genéricamente llamadas hospitales, uno de estos fue el Hôspital Général de París,
  • ¿cómo funcionaba éste?, 
  • ¿cuáles otros había y a qué se dedicaban?, 
  • ¿cómo se relacionaban la locura, los mendigos y los pobres con los internados?

No hay comentarios:

Publicar un comentario